Del libro La medida de los tiempos (2010), coordinado por Jara Yáñez
“Hablemos de obras y de ejemplos directos. Podrían ser estos como podían ser otros. La producción de videoclips es alta, cada vez más incontrolada y difícil de localizar, y antepongo mi gusto y mi criterio personal a otras consideraciones.”
marzo 2011 | biblioteca
por La medida de los tiempos - ALCINE
publicado enSegunda parte del texto publicado en el libro colectivo La medida de los tiempos. El cortometraje español en la década de 2000, editado por ALCINE - Festival de Cine de Alcalá de Henares y coordinado por Jara Yáñez. Titulado originalmente: Amigos. Natural. Divirtiéndose. Ilustración. Nuevo. Placer. Libertad. Entidad. ¿Qué ha sucedido con el videoclip en España de 2000 a 2009?
Hablemos de obras y de ejemplos directos. Podrían ser estos como podían ser otros. La producción de videoclips es alta, cada vez más incontrolada y difícil de localizar, y antepongo mi gusto y mi criterio personal a otras consideraciones. Aquí no sirven los criterios de la crítica, porque fundamentalmente no la hay (y los contados festivales especializados que existen tampoco son un baremo perfecto para ello), y tampoco sirven los criterios de "taquilla" (de reproducción online de la obra, por ejemplo), porque el invento aparece en el 2005 y porque convive de una manera tan relativa y aleatoria con otro tipo de artefactos audiovisuales que sería absurdo hacer un ránking de los más vistos, amén de que quizás sea imposible averiguarlo, y porque un clip está pensado para que lo vea principalmente un consumidor musical, no uno exclusivamente audiovisual. Representativos por criterios artísticos en relación a su lenguaje, tecnología, medios y contexto, ese es el criterio. Y a partir de mi particular limitación a la hora de descubrirlos y conocerlos, que esa es otra.
1. Highlights de Beef (2000), realizado por Marc Lozano.
Empezamos la década con un aviso. Un ejercicio de postproducción abismal. Todo es posible. Y desde tu casa, con un ordenador, muchas horas y muchos renders después, y trabajado a partir de sencillos planos de los integrantes de la banda. Podrían ser de Nueva York, pero son (músicos y realizador) del Baix Llobregat, de la periferia de Barcelona, de su cinturón rojo. Heredero de la época dorada de la postproducción masiva del videoclip de los años 90. Aquí también se puede, y con gusto, ironía y rock’n’roll.
2. Tú sigue así de OBK (2000), realizado por J.A. Bayona.
Más postproducción pero desde un sentido narrativo más cinematográfico, con Lost Highway de David Lynch como referente y con presupuesto y equipo grande (actores, técnicos diversos, muchas localizaciones, 35mm, etc). El reverso del anterior, un shock, recibe premios y sitúa a Bayona en un extraño status que le permite acometer más rodajes aplicando lo que ha aprendido en la ESCAC tal como si se trataran de pequeños cortometrajes, jugando con géneros y estéticas diversas de manera absolutamente desacomplejada y ganando mucho, mucho oficio, eso que no se aprende en las escuelas.
3. Dulces sueños de Los Planetas (2002), realizado por Marc Lozano.
El del Baix Llobregat continúa experimentando y se lanza a realizar la ilustración audiovisual completa de todas las canciones del último LP de Los Planetas, Encuentros con entidades, en formato DVD, invitando a otros realizadores como Iván Domínguez, Paco Plaza y Luis Cerveró. Un acontecimiento. Este vídeo destaca especialmente por conseguir efectos de postproducción sin tenerlos, a base del juego de luces, de rodarlo a 150 fotogramas por segundo y de lentos travellings en una perrera. El grupo no aparece. Sólo hay perros. Y el vídeo dura lo que dura la canción: 10 minutos. Fuera de todas las normas.
4. Scooby Dude de The Cheese/Les Aus (2006), realizado por Marçal Forés.
Artesanía animada e imaginación multiplicada. Forés dibuja encima de cada fotograma la imagen real de los dos integrantes de Les Aus (grupo experimental llamado anteriormente The Cheese) subvirtiéndolos hacia el absurdo y lo psicodélico con una idea genial por segundo. Frenético, divertido y originalísimo. Forés sólo ha realizado un par de videoclips, pero toda su filmografia (los cortos Yeah! Yeah! Yeah!, Friends Forever o la pieza televisiva The Things I Haven’t Told You) parecen videoclips gigantes. Su salto al largometraje es inminente.
5. Liar To Love de Christina Rosenvinge (2006), realizado por Luis Cerveró.
Sin duda el realizador español que se toma más en serio el videoclip como formato artístico y de experimentación, el más exigente. Escapismo, planos preciosísimos, referencias continuas (al final del video podemos ver a Rosenvinge homenajeando el baile de Bande à part de Jean-Luc Godard), abstractismo, juego, mucho juego, diversión, complicidad. Un videoclip extremadamente bonito y perfecto en su ejecución, que reinventa y relanza al personaje a un mundo particularmente propio y nuevo, todo un regalazo para ella y para quien lo vea.
6. Disfraz de tigre de Hidrogenesse (2007), realizado por Darío Peña.
Quizás el mejor videoclip de la década, o como dice un comentario anónimo en YouTube: "una broma maestra". Estética ochentera post-digital, sucia y casual elevada al buen gusto, a la ironía más punk y refinada. "La perfección desde la imperfección y los recursos limitados", que remata Ramón Ayala en venuspluton!com. Mil trucos, mil ideas, mil bromas hilvanadas sin pausa. La mejor representación audiovisual de Hidrogenesse, el grupo paralelo de Genís Segarra de Astrud, ese universo centrifugador que contiene la mejor tradición de la música pop española de vanguardia. Y aquí queda perfectamente reflejado. Un diez.
7. Dos policías de Los Punsetes (2008), realizado por Raquel Meyers.
Las chicas también hacen videoclips, y qué chica y qué videoclip. Practicante de lo que podríamos llamar 8-bitismo, cierta corriente estética que reivindica el primitivismo informático, muy relacionada con la música electrónica y residente en Berlín, Meyers ataca la natural ironía del grupo madrileño Los Punsetes con más ironía, tal como si se tratara de un viejo videojuego simpático y perverso a la vez. Ejemplo de imaginación disparada y de lenguaje moderno y simpáticamente soez, Dos policías seguro que sería el videoclip preferido de Bart Simpson si lo conociera. Una exquisita y vomitiva rareza.
8. Es feo de Manos de Topo (2008), realizado por Kike Maíllo.
Ingenio elevado al cubo. Inspirado en el programa de televisión japonesa para niños Pitágoras Switch (basado en juegos de efecto dominó que hipnotizan hasta el más rebelde), con la voz afectada e histriónica del cantante Miguel Ángel Blanca como perfecto narrador de la acción, este videoclip representa un antes y un después en la dignidad audiovisual del pop independiente de nuestro país. Cualquiera que vea este clip se enamorará automáticamente del ingenio del grupo y de su realizador, no hay término medio. Nada de golpes bajos, golpes altos y en todo el cerebro. Para sonreír de gusto.
9. Suena brillante de Joe Crepúsculo (2008), realizado por Luis Cerveró.
Lo más extremado y bizarro que ha realizado Cerveró hasta la fecha, la cara B de su belleza característica. Mística underground, ocultismo feísta pero de calité, como si Barcelona no hubiera sido nunca olímpica y hubiera recogido el testigo del Madrid de La Movida. Tenía que aparecer hasta el mítico Nazario, pero en su lugar llegó una cobra. Un delirio. Una web y hasta un libro (donde se explica al detalle el porqué de cada plano) dedicado a este happening artístico en forma de videoclip más allá de cualquier convención.
10. She Is My Man de Bigott (2009), realizado por Samuel Zapatero.
Enigmático y magnético, un humilde y maravilloso videoclip, una suerte de Blow Up a la argonesa, lleno de recursos brillantes y realizado con muy poco presupuesto. El zaragozano Samuel Zapatero "despliega una narrativa teatral en un único plano frontal, puntuado por zooms, panorámicas y barridos que acompañan a la perfección la estructura del tema musical al que apoya (…) pasando sin complejos de lo bucólico a lo absurdo, a lo misterioso e incluso a lo místico, en esa panorámica vertical hacia ninguna parte", según explica Cerveró en venuspluton!com. Todo un descubrimiento surgido de esa periferia prácticamente anónima, logrando que descubramos a su vez y de la mejor manera a Bigott, un músico y personaje sin igual.
Y termino con una pequeña trampa, con uno de los muchos vídeos promovidos y publicados por el proyecto web multidisciplinar que co-dirijo desde mayo de 2009, y que es fiel reflejo de las tradiciones y mutaciones que está viviendo el formato estos últimos años. Un solo plano, de una simplicidad absoluta, mágica. En un rellano de un bloque de apartamentos en Salou, de una manera que parece improvisada pero que contiene una narrativa interna delicada y asombrosa. Se grabó aprovechando una pausa del rodaje del videoclip "oficial", y a mi parecer lo superó. Una nueva manera de tomarse el video musical, casi sin producción, con naturalidad, como un juego y como un regalo. Músico y realizador, nada más.
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