Dos años antes del inicio de la Guerra Civil, la mezzasoprano española Conchita Supervia, en la película Evensong (1934) del director británico Victor Saville, protagonizó varios momentazos musicales tan exóticos como significativos.
En este fragmento, Supervía canta dos canciones: Carceleras (46’’), de la zarzuela de Ruperto Chapí y José Estremera Las hijas del Zebedeo ("Al pensar en el dueño / de mis amores / siento yo unos mareos / encantadores"), y la que nos interesa más: Tus ojitos negros (2’08’’), cantada también 24 años después en la película La Violetera (1958, de Luis César Amadorí) por Sara Montiel. Al ver los dos vídeos, el contraste es evidente: en 24 años el folcklore español se ha convertido en un asunto de Estado, y el cine ya le ha dado categoría de tema, de principal ADN de la patria, tal como hacían los magos de Hollywood de la época con lo suyo (los reyes imbatibles de la propaganda moral).
Copla sin franquismo y a ojos de unos británicos. Unos británicos elegantes y ridículos haciendo palmas y coros, con la misma gracia que hubiera tenido nuestra burguesía si Chuck Berry se hubiera colado en sus casas (el mismo tipo de excentricidad, en realidad). Y esa mujer, con nombre de superhéroe, alegre y guapetona: Conchita Supervía, casada con un industrial británico, ex-mujer de un alcalde de Nápoles y fallecida en 1936 (justo cuando todo estalla) como consecuencia de una infección general que contrajo en el parto de su hijo, que tampoco sobrevivió. Más dramático y simbólico, imposible. Como la ebullición de la España de entonces, supongo.
» Conchita Supervía en la película Evensong de Victor Saville (1934)
redactores
licencia
Los textos de este blog tienen una licencia de Creative Commons
links
Venusplutón! se acabó. Tras más de cinco años de trabajo dejamos de publicar y actualizar la web, pero mantenemos online todos los contenidos. Consultad nuestro texto de despedida en el blog y el vídeo resumen de nuestro canal de tv. ¡Mil gracias a todos!
© 2008-2013 Venusplutón! músicas para ver, imágenes para oír | créditos | web SPIP by Permanent