Venusplutón!

Que la situación económica esté mal no es de ningún modo excusa para dejar de hacer cosas, pues todo apunta a que, sea consecuencia del capitalismo, o no, la acción de producir se ha vuelto una necesidad básica para la mayoría y dejar de hacerlo parece como si significara rendirnos a la nada y empezar a aceptar que todo está perdido. Hay una gran cantidad de casos que nos demuestran que quien quiere hacer algo, lo hace, encontrando sus propias maneras, más allá de la calidad del contexto en el que se encuentre. Sea una forma de batalla o de simple supervivencia, una de las respuestas a esta situación se formaliza en una colectivización de los recursos, de manera que podríamos decir que se intenta trabajar desde un modo de producción sostenible, realista y políticamente responsable.

Como ya he dicho, podríamos hablar de muchos casos sobretodo dentro de la creación artística contemporánea. De todos modos, nos mantendrenos en nuestro tema, el del audiovisual musical, y así tenemos excusa para hablar de Coopèrnic, una cooperativa audiovisual- para usar las mismas palabras con las que se expresan sus fundadores-. No es que Coopèrnic no existiera y de pronto los realizadores Marc Balfagon, Jordi Castells, Lluís Huedo, Marc Parramon y Jordi Sanglas se propusieran crear una cooperativa audiovisual, sino que lo único que han hecho es poner un nombre a la dinámica con la que que ya hace tiempo que trabajan, a su manera de funcionar por pura necesidad, por confianza entre unos y otros y por comodidad. Y como ésta se parecía más a la de una cooperativa que a cualquier otra cosa, la han titulado Coopèrnic, una cooperativa audiovisual. Es importante no confundirla con una productora, ya que el funcionamiento es muy distinto, la diferencia más evidente la señala el nombre: dentro de la palabra productora encontramos producto, y por lo tanto una referencia obvia a la acción de producir; cooperativa, en cambio, viene de cooperar, un verbo que nos recuerda a lo que mencionábamos en el primer párrafo, la colectivización de los recursos, a la vez que nos lanza al ámbito de la agricultura, en el que las cooperativas se forman por trabajadores que teóricamente no someten sus productos a un tratamiento industrial, sus objetivos no son principalmente fijados en el capital y trabajan de manera consciente con y para su comunidad (por lo menos, teóricamente). Así pues, el hecho de haberlo llamado cooperativa es del todo relevante y funciona como una declaración de intenciones con una conciencia importante.

El bautizo -y en ningún caso nacimiento- de esta cooperativa formada por directores y realizadores se llevó a cabo junto a la estrena del videoclip de la canción La Font, de la banda L’Hereu Escampa, realizado por Marc Parramon, quien fue ya el autor del primer clip de esta banda, Consol, Condol, además de haber trabajado en algunas producciones documentales, tal y como se puede ver en su canal de Vimeo. La web de Coopèrnic está en proceso, pero de momento podéis seguirles vía Vimeo o Facebook.

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